viernes, 8 de octubre de 2010

Profecías para el 2067

El cielo se iluminará de colores jamás antes vistos por los múltiples atentados que el hombre inventó. Pero en algún lugar de un país olvidado, un grupo de jóvenes buscará la salvación refugiándose en la literatura, como si fuera su único Dios.

(Cinthya Selene)

No habrá más luz. Todo quedará como un soplido. Se apagarán los mares y recordaremos con anhelo el rastro de aquella estela que dejó un fervor en el vacío.

(Diana)

Un mundo dividido, habitado por una Pangea sin distinción alguna. No existen costumbres. Todo es devorado por la globalización.

(Leticia)

El primero de septiembre del 2067, a las tres de la mañana, un viejo insomne recordará esta profecía, mirando al mar.

(Josué)

Los unicornios y los duendes serán amigos.

(José)

Morirán aquellos que no estén preparados para recibir tanta belleza.

(Iván)

El león rugirá y los reyes con coronas de barro arrojarán sus ropas tejidas con sangre y lágrimas de otros; sus cabezas se volverán polvo cuando rueden a sus pies.

(Edgar)

Estarán atados a las tecnología, forzados a cargar un peso extra a donde fuesen. Tendrán demasiada información como para entender algo lo suficiente, como para saber algo de ello.

(Aurora)

Atlántida resurgirá, claro.

(Sam)

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